
He ahí que un 28 de Febrero cualquiera, fui a dar con mis huesos en el puesto de enfrente del señor misántropo. Ese día algo extraño ocurrio en el mundo. Seguramente algún inglés estirado entró en una tienda de animales a quejarse por que su loro estaba muerto... En fin, que hubo una conexión mística, un encuentro único, un flechazo cósmico, y en general un descubrimiento de un tio raro de cojones. ¿Es raro?, sí, ¿es inaguantable?, muchas veces..., ¿es mártir?, sí, pero tiene ese algo que sólo alguien muy especial tiene, un magnetismo personal y un carisma que ya quisieran rajoyes, zapateros y demás. Amén de ser una de esas pocas personas que sin estar.... están.
- "He comprado una freidora capaz de freir un búfalo en 40 segundos..."
- "Tendrá todo el dinero del mundo, pero hay algo que nunca podrá comprar..."
- "Montaré mi propio parque lunar..."
- "De todos los amigos que he tenido...."
Y sin olvidar que es una de las pocas personas que me podría ganar en un trivial de Simpsons/Futurama. Y he aquí que retomamos el tema de la constante de Groening. Durante casi tres años, hemos compartido cubil laboral, y por ende, hemos desintegrado la estabilidad emocional de los que nos rodeaban con continuos chistes que nadie más que nosotros entendiamos... Como era evidente, la fuerza generada para retornar el universo a su equilibrio, nos ha ido distanciando poco a poco, primero fue la silla... luego fue la planta.. y por último, el universo ha vuelto a su ser al distanciarnos lo suficiente como para no afectar a la constante...
Pero hay algo con lo que la ciencia y la no ciencia no contaban... un servidor de correo lo suficientemente rápido... mua muah muah!!
Como te queremos Ventu! como te queremos.